martes, 24 de septiembre de 2013

Otoño, ya llegó y luego se irá



Amanecer de otoño


Una larga carretera
entre grises peñascales,
y alguna humilde pradera
donde pacen negros toros.

Zarzas, malezas, jarales.
Está la tierra mojada
por las gotas del rocío,
y la alameda dorada,
hacia la curva del río.

Tras los montes de violeta
quebrado el primer albor;
a la espalda la escopeta,
entre sus galgos agudos,
caminando un cazador.

ANTONIO MACHADO

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